Empezaremos por entender qué es el póquer y qué sentimientos abarca. Pasaremos por ver la mejor manera de tomárselo de manera profesional y recreacional (jugar sin dedicarte exclusivamente a esto) y cómo seguir un camino que nos acerque a ser mejores jugadores en la mesa.
En primer lugar, habría que empezar por comprender qué es este hermoso juego de cartas.
Podríamos definirlo como: “Juego de naipes de envite en el que se emplea baraja francesa y que consiste en combinar de diversas formas cinco cartas, generalmente apostando sobre ellas; gana la partida el jugador que obtiene la combinación de más valor y ha aceptado el envite.”
Es la definición del diccionario, pero todos sabemos que esto no es así. ¿Y el que mete un farol?
Básicamente, lo definiría como: intentar hacer la mejor jugada de 5 cartas o conseguir que el rival, con una mejor jugada que la tuya, se retire.
Sinceramente, no me convence esta definición ya que deja fuera la parte más importante del póquer, cómo reaccionamos a cada jugada.
Voy a intentar asociar cada situación que nos sucede en la mesa a una emoción.
Antes de darle caña, quiero que entendáis mi proceso mental. Siempre me gusta a la hora de explicar una noción teórica/jugada a mis alumnos en Mentopoker, explicarles cómo voy a ir avanzando para que nadie se pierda y en caso de hacerlo, sepa en qué punto ha sido. Imagino que no hace falta decir que no soy ni psicólogo ni experto en ese tipo de ciencias, pero siempre me ha gustado preguntarme de una manera más profunda los diferentes sucesos de nuestra vida; sea en la mesa de póquer o en nuestras relaciones sociales.
Proceso que he realizado: entender cuales son las jugadas que más repiten, explicar cada una de ellas con un único concepto corto y entender qué emociones sentimos cuando nos vemos envueltos en ellas. De esta manera, podremos ser mejores al haber adquirido consciencia sobre cómo YO PERSONALMENTE entiendo esas situaciones.
Hay muchas, variadas, divertidas y que hielan la sangre. De hecho, por eso es tan absolutamente maravilloso este juego. Jugando un torneo disfrutas de una montaña de sensaciones que no deja indiferente a nadie.
Cuando te ves forzado a tirarte de una mano, lo que duele no es tener que tirarte de una mano débil, media o fuerte. Lo que realmente te duele, es que la persona te esté engañando (faroleando). ¿Por qué sé esto?
Pongamos un escenario: apuestas el river y el rival te resube all in poniendo la vida de tu torneo en juego y te dice “Si te tiras te las enseño”. Seguramente te cueste menos tirarte. Si encima el rival te enseña una mano que te ganaba ¡No te enfadas! Por lo que podemos concluir que el hecho que te molesta no es que te resuban per se, si no que te puedan ganar algo que entiendes como tuyo (el bote) sin “merecerlo”.
Esto es super importante, en el póquer se puede merecer el bote por tener la mejor mano, por robarlo o por suerte. Todo el mundo lo merece de la misma manera así que no pienses que por tener la mejor mano es suficiente.
Cuando vuelva a pasarte una situación parecida recuerda que lo que se ve afectado en este caso es el EGO, el miedo a que te pasen por encima y te engañen. Es normal, ya que ninguno queremos sentirnos menos que otros. Si tienes presente esto, seguramente te cueste menos tirarlas ya que verás que lo que realmente está en juego en ese momento no es tu jugada, si no tu amor propio.
Cómo enfocarlo: pasa el tiempo de la jugada pensando si el rival tiene faroles y si puedes pagar con tu mano y olvídate de temas personales.
Llegan momentos en cualquier partida en la que te entre el calentón. Conocido porque te sube la temperatura corporal e intentas ganar cada mano. ¿Por qué sale esto? Lo más probable, si es después de un “bad beat”, es porque quieras “recuperar”. Concepto completamente erróneo en este mundo, ya que lo que tienes en juego deja de pertenecerte. Si nada es tuyo, no hay nada que recuperar.
Cuando te pasa esto, ten en cuenta que seguramente el sentimiento de haber perdido algo te esté afectando; ya sea recuperar parte de tus fichas perdidas un torneo de Madrid o en una partida Online.
Cómo enfocarlo: recuerda que nada de lo que está en juego te pertenece. Por eso “está en juego”. De hecho, por eso tienes que poner en juego aquello que no te importa perder, y es una de las claves en este mundo para no subir unos cuantos grados en tu cuerpo cuando pierdes un par de botes. La mejor forma de volver a subir tus fichas es darte una vuelta, tomarte un vaso de agua y volver a la partida con la mente fría intentando hacer tu mejor juego.
Tienes que alejar completamente lo que sucede en la partida del ámbito personal.
Si empiezas a sentir como un ataque propio cualquier tipo de “agresión” con las cartas de un rival, tu “A-GAME” cambia. Y pasas a ser una persona muy inestable y tu juego tendrá muchísimas fugas.
En este sentido, si consigues alejar las emociones con las personas que te caen bien, mal, te resultan atractivas o todo lo contrario, conseguirás mantener un juego mucho más frío y atizar todos los niveles.
Cómo enfocarlo: trata siempre de pasar más tiempo pensando como esa persona te percibe y cómo ha podido jugar sus manos en base a ti para aprovecharte de eso.
Propongo que cada vez que te suceda algo en la vida y en la mesa que no te esperas, intentes analizar cómo has reaccionado y cuáles pueden ser las causas. Intenta indagar un poco más en tus emociones y a qué pueden deberse. Una vez entiendes qué tipo de emociones tienden a repetirse en tu persona, podrás trabajar sobre ellas y no dejarás que estas mismas te dominen.
La fuerza sin control no sirve de nada, sé consciente de tus mayores virtudes y tus defectos para poder mejorar en ellos.
Disfruta este maravilloso juego y de sus gentes, aprovecha buenos torneos con buena localización y recuerda: ¡Mes que no mejoras, mes que empeoras!
Espero que hayas disfrutado de este artículo y puedes comentarme cualquier cosa vía Twitter por comentario. ¡Abrazo a toda la comunidad! Nos vemos pronto.
Puedes encontrarme en Twitter: Spadejack10 o en www.mentopoker.com
"el hecho que te molesta no es que te resuban per se, si no que te puedan ganar algo que entiendes como tuyo (el bote) sin “merecerlo”.
de locos esta frase la guardaré en mente..