Querido lector, no te preocupes, el título no hace referencia a ningún estado personal de salud.
Más bien, hace remisión a un sentimiento que albergamos los seres humanos desde que pasamos la “belle époque”, dónde no existe ningún tipo de preocupación más que gustarle a aquella persona que te ha dedicado dos segundos de su tiempo, y empezamos a plantearnos cómo queremos realmente que nuestra vida sea en el momento presente y, sobretodo, futuro.
Si te lo estás preguntando, sí, tiene que ver con el póker, con la vida y una amplia cantidad de dudas que abundan en mi cabeza.
Comenzaré este artículo explicando cómo percibo que he andado el camino empezando por el colegio hasta llegar a esa famosa “crisis existencial”. Primero centrándonos en un mundo sin responsabilidades individuales, dónde todas recaen sobre nuestros padres, para continuar con una etapa de la vida dónde te llegan cada vez más decisiones teniendo que elegir, a una edad muy temprana, hacia dónde quieres que se dirija tu vida.
Iremos de más a menos, por lo que notaréis un cambio de párrafo a párrafo. No solo en cuanto a profundidad del mensaje que quiero trasladar si no en cuanto a dificultad de lectura, la idea es marcar una ruta progresiva.
En un primer momento, no tenemos demasiadas responsabilidades y muchos derechos, salvo quizás la obligación de estudiar todo tipo de asignaturas – como si todos los niños fuesen iguales-. Para no aburrir en la parte introductoria se entiende “niño” como todo aquello que sucede desde que entramos al colegio hasta justo antes de entrar en la universidad.
Nos tenemos que esmerar en matemáticas, historia, filosofía, lengua, música, deporte, química, ciencias naturales y un sinfín de aprendizajes para abarcar un poco “el global de la vida que nos rodea”.
Lo curioso, es que es muy difícil que una persona tenga mucho interés en dos asignaturas tan opuestas como pueden ser las matemáticas y la filosofía. La primera se centra en tener una única respuesta correcta mientras que la segunda plantea una cuestión sobre la cual no hay una conclusión unánime.
¿Cómo debo actuar? ¿Qué es el amor? ¿El éxito laboral es la verdadera felicidad? ¿El éxito laboral es únicamente la nómina que te entra a final de mes o tiene más que ver con lo pleno que te sientes cada día al levantarte? ¡¿QUÉ SIGNIFICA SENTIRTE PLENO?!
Imagino que entenderéis como una mente que siente un gozo profundo al resolver un problema sobre ecuaciones difícilmente podría tener tambien una experiencia interna agradable con cuestiones tan abiertas y libres a la interpretación de cada individuo.
El único problema que encuentro en todo esto es que eres un niño. Efectivamente, ser un niño tiene un solo problema, y es que no eres lo suficientemente maduro para que tus decisiones equivalgan a las de un adulto. Eso hace que, por mucho que en tu fuero interno tengas claro que odias las matemáticas y lo único que te interese sea la historia y la mitología griega, nadie te va a hacer caso. Seguramente sea para bien, “es un niño, no sabe lo que quiere”. Cuantas veces habremos escuchado esta frase, con toda la razón… ¿O no?
En la pubertad estás en una edad complicada en la que algunos infantes buscan la satisfacción personal a través de la aprobación de sus padres mientras que otros encuentran un sentido a la vida en todo lo que sea contrario al ideal de sus progenitores.
Por ahora, todo va bien. No tenemos aún 18 años, nos creemos intocables por cualquier amenaza de nuestra sociedad ya que tenemos a nuestros padres para acudir a ellos con cualquier problema (si tienes esa suerte) y tenemos una certeza: tienen una solución para todo. Con toda esa eclosión hormonal, nos tenemos que decidir por una rama sea: ciencias, letras, economía. Aquí comienza el primer filtrado en tu vida, a esa edad y según como hayas estudiado los años anteriores, habrá carreras profesionales que no podrás desempeñar.
Sin comerlo ni beberlo, estás ya en una vía de tren de sentido único que no sabes muy bien cómo has llegado hasta ahí y, desde luego, no tienes ni la más remota idea hacia dónde se dirige. Pero bueno, no te importa demasiado porque tu única preocupación es qué vas a hacer en verano con tus amigos o quién pone casa el sábado para las copas.
Con algo de fortuna, durante estos años has dado con un profesor con pasión por su trabajo que ha sabido transmitir a una porción de la clase el amor hacia una asignatura. En mi caso personal, fue la filosofía la clase que más disfruté. Aunque no fue hasta años más tarde cuando comencé a leer a los clásicos.
¿Parece que hemos pasado por mucho, verdad? Pues todo esto ha sido el preámbulo.
Por ahora, todo va bien. La responsabilidad según platón es ser capaz de responder, haciéndote cargo de los propios actos, decisiones y obligaciones.
Consideremos que tenemos que elegir una carrera, aunque en mi opinión las F.P deberían tener muchísima más consideración siendo realmente un elemento que te ayuda a trabajar el día de mañana mientras que hay muchas carreras que parecen un showroom para los libros de los profesores.
¿Te gusta algo en especial?
Genial, entonces nuestro sombrero particular de Hogwarts te envía Sine dubio a: A.D.E o Derecho.
Por ahora todo va bien, aunque te das cuenta que estudiar sigue siendo algo muy tedioso, comienzas a preguntarte para qué diablos quieres saber todo eso que te está contando ese profesor que, si no fuese por esas regurgitaciones, te entrarían serias dudas si está en un estado semi-comatoso.
La vida, para ti, no es más que, absolutamente, todo lo externo a esas clases,aulas y exámenes.
Desgraciadamente, ella, va haciendo de las suyas, y te das cuenta que o estudias como un cosaco para sacarte las asignaturas o no vas a poder tener una vida parecida a todo lo que te han vendido desde los 5 años. Sí, con “ella”, me refería a la vida y algo que va innato a la misma, la madurez.
Tienes que hacer esas prácticas, crearte Linkedin o tener cuenta en Infojobs. Algún trabajo de relaciones, camarero, cualquier cosa con tal de tener dinero para pagarte la carrera, el fin de semana o comprarte ese coche de segunda mano que durante tanto tiempo quisiste. No entraremos en diferencias en cuanto a la capacidad adquisitiva ya que no es el objetivo de este texto. Lo que escribo son ejemplos, si no es tu caso, es muy sencillo: visualiza tu situación en lugar de las que menciono.
Y aquí, queridos amigos, es cuando se decide gran parte de cómo será tu vida.
Te das cuenta que el colegio, universidad y todo aquello que tanto te aburría ha hecho que la cabeza se moldee para estar dispuesto a trabajar sin tener ganas, aguantar a tu jefe y que hay momentos en la vida en los que simplemente te toca sufrir y otros disfrutar (me toca aguantarme a mi mismo, por lo que tengo mucha suerte).
“Y aquí, queridos amigos, es cuando se decide gran parte de cómo será tu vida.”
Lo siento, para todo aquellos que adoren controlar cada minuto de su futuro esta frase les ayudará, pero no se acerca a la realidad.
La única realidad es que, si tienes conversaciones internas, comience una duda que prácticamente te acompañe hasta tu último minuto.
Seguramente volviendo a la Belle époque que mencionaba anteriormente, haya diferentes formas de llevarlo. Aquél que, por simplificar, adoraba las ecuaciones resueltas sin un ápice de duda, lleve toda su vida planteándose un futuro trabajo, cómo quiere que sea su lugar de residencia y qué tipo de tarea quiere desempeñar en la sociedad.
Como imaginareis, al estar escribiendo este pergamino, no soy de esos. Me gustan las dudas, los debates, los argumentos y, sobretodo, cambiarlos con el tiempo. Me encanta aprender cosas nuevas, sacar conclusiones de eventos negativos, intentar mirar todo desde un prisma más alejado con vuelo de águila bien alto antes de abalanzarme sobre la liebre.
¿Cómo es eso de “aquí se decide tu vida”? ¿Me estás diciendo que según estudie más o menos una semana, elija en 2 meses una carrera, mis – con suerte- 70 años posteriores de vida ya están anclados a una roca y no hay marea que la mueva?
Lo que sí que tiende a comenzar aquí es esa famosa “crisis existencial” dónde debes plantearte qué tipo de camino quieres seguir. La vida es una y es tuya. Por mucho que quieras a tus padres y no quieras “defraudarles” debes seguir la senda del camino que te llevará, cuando se cierre el telón, a mirar hacia atrás y comprobar todos los pasos andados y sentirte tranquilo de haber aprovechado esta oportunidad con tintes de milagro que es la existencia.
En mi caso: estudié derecho, máster en bolsa, Junior MBA y aquí me tenéis, jugador de póker, co-fundador de una de las mejores escuelas, streamer, hago charlas por youtube, escribo en una revista e incluso salgo en la radio.
Vivo en Madrid, lo que me hace ganar mucho menos dinero teniendo en cuenta la forma tan obtusa que tiene este país de crear riqueza.
Por ahora, todo va bien, pero lo importante no es la caída, es el aterrizaje.
Según Aristóteles, la felicidad es obrar de acuerdo a la virtud. Todo aquello que hagamos en nuestra vida tiene que guiarse por esta condición para ser un ente feliz.
Para mí, lo más complicado, fue tratar de entender cuál era el camino que se dirigía a ese concepto tan publicitado hoy en día y a su vez estudiado por filósofos llamado “felicidad”.
Lo primero sería entender que, para mí, esta “felicidad” tiene muchas formas de escribirse: tranquilidad, disfrutar cada día, bienestar, fortuna, pero una única manera de sentirse y es teniendo la menor cantidad de elementos negativos en mi vida.
Como no me termina de convencer la palabra “felicidad” pasaremos a llamarla “tranquilidad” que creo que abarca muchas sensaciones de un estado el cual todos podemos rememorar en algún momento. No me malinterpretéis, tranquilidad no significa per se estar en una hamaca, para alguien puede ser estar en un festival con LSD en la copa o leyendo su libro favorito con el sol acariciando su piel. Importante, esto es un texto personal, sazonado con experiencias propias de Miguel Teus, en su familia, con su pareja, su educación, con sus más y sus menos, no quiero que lo sintáis como verdad absoluta, más bien, que os haga pensar sobre estos temas de los que no se suele hablar salvo que quieran venderte un aceite esencial o libro de autoayuda con la clave de la vida.
Con mucha reflexión, mi única prioridad ha sido tener una vida en la que me levante con ganas de hacer aquello a lo que dedique mi día a día (no hablo exclusivamente de trabajo). Se puede decir, sin temor a equivocarse, que tengo la suerte de poderme plantear la vida así, entiendo que mucha gente no tenga esa posibilidad.
Si lo pones en “ecuación” para todo tipo de audiencias sería algo así como:
Tranquilidad= Vida familiar y pareja + amistades+ trabajo+ ocio
Imaginaos un sistema de puntuación sencillo como: Flecha arriba, flecha horizontal, flecha abajo. Significando cada una de estas flechas: percepción inmejorable, no provoca estrés y sensación neutra, provoca estrés y sensaciones negativas. El orden de izquierda a derecha es jerárquico.
Para conseguir esa tranquilidad en el grueso de mi vida, debería mantener flecha arriba en los 2 primeros elementos como constante mientras que en los dos siguientes: trabajo y ocio, uno de ellos puede estar en horizontal siempre que el otro esté hacia arriba.
En el primer caso, estaría en el camino correcto para intentar mantener esa tranquilidad, mientras que en el segundo habría un elemento que debería revisarse, siempre y cuando sea posible.
Si os estáis preguntando ejemplos negativos, desde mi prisma, podrían ser: llevarte mal con tus padres, tener una relación de pareja tóxica, detestar tu trabajo, no tener ninguna pasión.
Si me lo planteo de esta manera me doy cuenta que todo cobra mucho más sentido.
Cuando nos preocupamos por tener más responsabilidad en el trabajo, seguramente sea porque el apartado familiar, amistades y ocio vaya rodando. En caso contrario, estaríamos más pendientes que de ascender en una empresa.
Me habréis podido escuchar decir muchas veces que levantarme cada día y disfrutar de mi trabajo es la clave de esta tranquilidad que siento cada día en mi vida. No digo que no sea así pero hay mucho más detrás. El hecho de hablar sólo del trabajo, simplemente se debe a que tengo una familia encantadora que siempre me ha apoyado, una pareja deslumbrante desde la primera capa a lo más profundo de su cabeza, amigos que valoro muchísimo: les vea más o menos según temporadas y en mi tiempo libre tengo la suerte de poder hacer siempre lo que quiera en los horarios que entienda apropiados para disfrutar.
Por ello, os recomiendo, siempre que tengáis la posibilidad, cambiéis todos los elementos negativos en vuestra ecuación. Mejorad la relación con vuestros padres, cambiad de pareja si solo os provoca ansiedad, no os juntéis con ese amigo con el que siempre discutes y lo más delicado dedícate a algo que te entusiasme aprender algo nuevo cada día. A mi modo de ver, si le dedicáis bastante tiempo, podréis llegar a atisbar qué aspecto tiene vuestra ecuación, qué elementos la componen y cómo queréis ponderarla.
Me siento muy afortunado, porque de los 4 elementos considero que solo me va a provocar dolores de cabeza y se podría poner con “la flecha abajo” u “horizontal”: el trabajo. Lo bueno es que, con razón o sin ella, siento que mi yo futuro tomará la decisión correcta y si en algún momento deja de entusiasmarle el Póker se dedicará a otros menesteres.
Por el momento, estudiar, dar clase y jugar es algo que no cambiaría y me encantaría firmar tenerlo siempre disponible.
Esto no significa que dentro de unos años no quiera entrar o crear una empresa en otra de mis grandes pasiones como puede ser el marketing, la psicología o incluso la filosofía.
He podido explicar en pocos folios gran parte de mi vida por lo que podemos concluir que nos queda a todos poco tiempo.
Lo peor del hombre es el cortoplacismo, aún sabiendo desde los 10 años que la muerte es algo seguro. Hace que seamos malos ecologistas y buenos fumadores.
Posiblemente es la frase que orgulloso me siento de haber escrito, describe perfectamente lo que es para mi la vida.
Es curioso, porque el título podía hacer referencia a algo negativo y realmente seguir el dogma “No sé cuánto tiempo me queda” puede hacer que cada año de tu vida tenga mucho más valor.
Nos obligan a tomar caminos demasiado rápido en nuestra vida, muchas veces elegimos uno equivocado pero aquel que realmente quiere ser feliz, tener una vida plena, atravesará la jungla sin necesidad de seguir la luz de los pasos que han recorrido otros.
Espero que os haya gustado a todos, podéis seguirme en twitter Spadejack10, en mi blog www.mentopoker.com/blog y en Youtube: Mentopoker.
Con suerte, aunque no esté en lo cierto, haya conseguido que alguna persona haga más introspección sobre si mismo, a nivel laboral, amistad, pareja.
¡Mucho éxito y salud para este 2021!